¿QUE TENGO? ¿QUE DOY?

Pensemos en una situación ficticia. Al despertar, una familia hace un inventario de su stock de alimentos. Apenas cuentan  con un pedazo de pan. ¿Qué hacemos? Se preguntan. Existen momentos de abundancia y otras de escasez, afirman. ¿Qué debemos hacer? El apóstol Pablo dice: “Estad siempre gozosos” (1 Tesalonicenses 5:16). Y una forma de manifestar ese gozo es agradeciendo por lo que Dios ha proveído y esforzándonos para ser bendecido sobremanera. La actitud deseada por Dios es levantar una alabanza al Dador por todo, mucho o poco.  

Consideremos un elemento adicional. Esa familia, recibe temprano la visita de un vecino necesitado. ¿Qué podría ofrecerle esa familia al vecino hambriento? Lógicamente, lo que tienen es un pedazo de pan.

La vida real es así. Damos de aquello tenemos. Si nuestro corazón está lleno de cosas buenas y hermosas, daremos de la misma variedad. En cambio, los que tienen un corazón aturdido y rebosado de amargura, apegamiento y oscuridad, no pueden dar otra cosa que sea una dosis de eso.

Procuremos presentarnos ante aquellos que nos necesitan, con espíritu de amor, dulzura y bondad. Hacer el bien es la mejor medicina para experimentar plenitud y satisfacción. Dando amor, multiplicamos el amor que recibimos. Así como el cielo deja caer gotas de agua para refrescar la tierra, dejemos salir el amor en todo lo que hacemos. De esta manera seremos portadores de amor y, a la vez, transmisores hacia los demás.

GENNYS AZAEL LORENZO
@GennysLorenzo

REPUBLICA DOMINICANA